II Asamblea parroquial sobre la sinodalidad

En la mañana del sábado 29 de marzo hemos celebrado la II Asamblea parroquial en torno al tema de la sinodalidad. Es fruto de la propuesta planteada en las asambleas de final del curso pasado y comienzo de este para que nuestra Parroquia pueda realizar un proceso en la línea de vivir la sinodalidad a que se nos está llamando en la Iglesia. Una primera Asamblea tuvo lugar en diciembre sobre Sinodalidad y conversión pastoral. La escucha. Se trataba de situarnos en el momento que está viviendo la Iglesia tras el Sínodo de la Sinodalidad y de percibir que en el fundamento de lo que podamos hacer en adelante está la necesidad de saber escuchar.

Esta segunda Asamblea en torno al tema ha contado con la participación de José Manuel Aparicio, Delegado episcopal de Formación y Laicado de la diócesis y profesor de la Universidad Pontificia Comillas, que nos ha hablado sobre El impulso de la sinodalidad para la configuración de nuestras comunidades. Lo ha situado en relación con tres grandes problemas que vivimos en la sociedad y que penetran en la Iglesia: el individualismo, la posverdad y la globalización de la indiferencia. Ha partido del nº 31 del Documento final del Sínodo, donde se dice:

La sinodalidad “indica la específica forma de vivir y obrar (modus vivendi et operandi) de la Iglesia Pueblo de Dios que manifiesta y realiza en concreto su ser comunión en el caminar juntos, en el reunirse en asamblea y en el participar activamente de todos sus miembros en su misión evangelizadora”.

Nos ha llamado la atención sobre el índice del mismo Documento y la simbología bíblica que utiliza (el mar, la barca, la pesca), para invitarnos a vivir este proceso, que implica la conversión de las relaciones, de los procesos y de los vínculos.

Nos ha ofrecido un cuestionario de Indicadores de sinodalidad, que hemos podido trabajar por grupos y luego compartir todos juntos. Tales indicadores se agrupaban en cuatro apartados: 1) Desde la espiritualidad y la formación, 2) Desde el ejercicio pastoral, 3) Desde la cotidianidad y 4) Desde el diálogo con el mundo.

En la puesta en común han surgido muchas inquietudes e interrogantes, que nos invitan a explorar este camino. Ha sido un momento de toma de conciencia sobre la necesidad de crecer en sinodalidad, de llamada a la sensibilización respecto de la importancia de este proceso y la revisión de prioridades (personales y comunitarias).