Fallecimiento de José Antonio Álvarez Sánchez, obispo auxiliar de Madrid

La Archidiócesis de Madrid ha comunicado esta mañana del día 1 de octubre el fallecimiento de José Antonio Álvarez Sánchez, obispo auxiliar de Madrid:

Con honda tristeza comunicamos que esta madrugada ha fallecido el Excmo. y Rvdmo. Mons. D. José Antonio Álvarez Sánchez, obispo titular de Vergi y auxiliar de Madrid, a causa de un infarto.

El señor arzobispo y sus obispos auxiliares, los arzobispos eméritos, junto con toda comunidad diocesana, expresan su dolor por la pérdida de un pastor entregado al servicio del Evangelio; así como su fraterna cercanía, desde la esperanza que no defrauda, con su madre y demás familia y con todos los que le quieren y ahora lloran su muerte. 

El Youtube de la Archidiócesis de Madrid transmite en directo  las eucaristías por su fallecimiento. Aquí tenéis los enlaces a los videos.

Carta Pastoral al inicio del curso 2025-2026, del Cardenal José Cobo Cano

«Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan»
(Is 40,31)

Nunca olvidemos que todo lo que preparamos y hacemos tiene a Cristo como fuente y meta. El encuentro personal con Él, la renovación interior y la perseverancia en la fe son siempre la síntesis de nuestros esfuerzos.

Al iniciar cada curso surgen proyectos, tareas y sueños. Pero todos han de tener un centro claro: el encuentro personal con Jesucristo. De ese encuentro nace la transformación de la realidad que tenemos entre manos, para que el Reino de Dios siga creciendo también a través de nuestro humilde servicio.

Todo debe orientarse a que cada bautizado descubra su vocación y sea acompañado en el camino de conocer, seguir y amar a Cristo.

Con la alegría de un corazón que se sabe peregrino os invito a afrontar con ánimo renovado este último tramo del Jubileo de la esperanza que no defrauda. Solo Cristo nos pone en pie a pesar de nuestras flaquezas, pecados y cansancios; solo Él nos hace soñar un mundo nuevo, un mundo más justo y más humano. Él, y no nuestro voluntarismo, es el motor que nos impulsa a salir al encuentro de los demás. Su amor, y no la simple filantropía, es el que nos impulsa a acompañar a los heridos, a consolar a los que sufren, a curar las heridas de la soledad y del abandono, a practicar la hospitalidad y a seguir anhelando la paz en tantos lugares del mundo en los que tristemente es machacada sin piedad.

Nuestra Iglesia de Madrid está llamada a ser un oasis de esperanza en el corazón de nuestras ciudades y pueblos. No nos encerremos en nuestras parroquias o en nuestras pequeñas seguridades comunitarias. Salgamos juntos a la calle, a los barrios, a los lugares donde la vida duele, donde la esperanza se ha perdido. Salgamos para ser testigos de la alegría del Evangelio. Seamos una Iglesia con los brazos abiertos. Abramos nuestras puertas a los demás, sin juicios ni prejuicios. 

Carta Pastoral con motivo de la Pascua 2025, del Cardenal José Cobo Cano

Queridos hermanos y hermanas:

¡Resucitó el Señor! ¡Cristo vive! ¡Aleluya!

La paz a vosotros.

Durante los últimos días hemos recorrido el camino del misterio pascual, desde la cena de la entrega sin límites hasta el asombro ante el sepulcro vacío. En esta Pascua se nos invita a buscar los bienes de lo alto, no en abstracciones, sino desde los sepulcros concretos de la vida. Tenemos que confiar en el testimonio de quienes han visto y creído, y ser nosotros mismos testigos creíbles y portadores de esa buena noticia.

A menudo me pregunto por qué no vivimos más alegres. La alegría pascual no es un entusiasmo superficial, sino un gozo profundo, nacido de la certeza de que, pese a las dificultades, la victoria final pertenece a Dios. Hemos sido “Bautizados para ser peregrinos de Esperanza” y estamos llamados a vivir desde ella.

Una llamada va a estar muy presente a lo largo de las próximas semanas. Es la invitación del Señor resucitado, que saldrá una y otra vez al encuentro de quienes han perdido la esperanza. El saludo del Resucitado quiere ser al mismo tiempo don y tarea: “La paz a vosotros” -dirá-. Paz. Esa es la palabra con que el Resucitado evoca la calma, el sosiego y esta especial alegría, en esta nueva primavera del alma humana, que es la resurrección. Es también la Buena Noticia que invitará a compartir a sus testigos allá donde vayan, en todas las épocas y hasta los confines del mundo (cf. Mc 16, 15).

CONVIÉRTETE Y CREE EN LA ESPERANZA

Carta Pastoral del cardenal José Cobo con motivo de la Cuaresma

Al abrirnos a este camino jubilar ante una Cuaresma nueva, no olvidamos que nos ponemos en marcha de forma renovada hacia la Pascua. Un momento singular en el que Cristo nos revelará quién es Él y quiénes somos nosotros.

Cada Pascua es un paso más en nuestro itinerario bautismal que crece como una semilla en cada discípulo. Ella nos invita a dejar actuar la presencia del Espíritu, acoger el abrazo de la comunidad eclesial y ser dóciles al camino de fe que Jesús nos propone en cada momento.

“Conviértete”. Ese será el imperativo que primero escucharemos cuando el polvo de la ceniza sea colocado allí donde nos ungieron con el crisma el día del Bautismo. “Conviértete” es la llamada a la Iglesia en Madrid que camina por la entraña de nuestra ciudad y de nuestros pueblos y a la que hemos sido con-vocadas todas las personas que participamos de la dignidad bautismal.